Una de las tareas más difíciles a la que nos enfrentamos los maestros de E.Primaria en nuestras aulas es la enseñanza de la ortografía.
Son varios los estudios de esta materia que demuestran que los principales apoyos que utiliza el alumno para su aprendizaje son el visual y el auditivo. Personalmente, y partiendo de mi práctica diaria, estoy de acuerdo con estos estudios aunque defendería que entre los dos apoyos prevalece el visual. Entonces, partiendo de estos datos, ¿son efectivos los libros de texto para trabajar la ortografía? La mayoría de ellos dedican una página por unidad que consta de la explicación de una regla ortográfica seguida de algunos ejercicios que el alumno puede responder de forma prácticamente automática. No da resultados y de esto somos conscientes cada vez más maestros y queremos poner una solución. Para ello desarrollamos actividades tipo taller mediante las cuales conseguimos motivar a los niños para que escriban y lean con más continuidad. Por ejemplo podemos completar historias incompletas en las que ellos son los protagonistas, hacer un taller de lectura, una representación teatral acerca de un libro, escribir una historia en cadena o partiendo de cuatro palabras cogidas al azar de una baraja... además propongo otra actividad que tras dos años de aplicación en mi aula he comprobado que da resultados.
EL BINGO
Esta actividad la pensé partiendo de dos experiencias personales: una en la infancia, cuando me hacían copiar los errores cometidos en el dictado diez o veinte veces ( me aburría tanto que no prestaba atención y lo hacía de forma automática), y otra en el aula (como maestra) dándome cuenta de que el principal apoyo que utilizan nuestros alumnos para el aprendizaje de la ortografía es (como he dicho al principio) el visual. Por tanto se me ocurrió apoyarme en estas experiencias para poner en práctica EL BINGO que consiste en lo siguiente.
- Hacemos un dictado y lo corregimos de forma común anotando los errores ortográficos que han cometido la mayoría de los alumnos.
- Ellos mismos se encargan de anotarlos en papel contínuo que luego colgaremos en un sitio visible del aula.
- Comienza el juego: cada mañana, como una rutina, repartimos a cada niño una pizarra vileda. Tapamos las palabras del papel continuo y las vamos dictando de una en una. Cada vez que digamos una los alumnos la escriben en su pizarra, la levantan y nosotros revisamos si la han escrito correctamente o no. Los que lo hayan hecho bien conseguirán un punto. Una vez dictadas todas las palabras hacemos recuento de puntos y el niño que las haya escrito todas correctamente tendrá un punto de bingo. El que consiga cinco de estos puntos tiene premio. En mi caso, y al trabajar en un centro CAES, era relacionado con material escolar pero eso es libre elección de cada uno.
- Cuando veamos que todos los alumnos, o casi todos, escriben correctamente todas las palabras, podemos hacer otro dictado y añadir otras nuevas.
Con esta actividad conseguimos que los niños memoricen visualmente la escritura correcta de una gran cantidad de palabras y que aprendan la ortografía de una forma muy motivadora ya que son ellos mismos los que se encargan cada mañana de recordar que hay que hacer el bingo.
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